Acabo de leer el libro de Jordi
Sierra i Fabra, Sense retorn de Editorial Gran Angular, de 2006.
Descubrí por casualidad a este autor tras el plantón de una amiga hace menos de
una semana y me quedé en la BCT (Biblioteca Central de Terrassa). Las librerías
y las bibliotecas son de los sitios más recomendables para pasar una tarde de
plantón, o no.
A lo que iba, me quito el
sombrero y agradezco el suceso por la recompensa de la lectura de este título
que ya no será el único porque voy a leer más cosas de Jordi Sierra .
La cosa es que Sense retorn va de
eso tan jodido (perdonadme la expresión), que sucede en las aulas y fuera de ellas, entre nuestros hijos e
hijas, y que llamamos “bullying”, por no llamarle maltrato, tortura,
psicológica o física, y que por miedo, por ignorancia, por falta de valentía y
falta de preparación, por falta de ganas y por falta de amor, callamos. En
inglés la palabreja nos suena raro y no acabamos de entender su magnitud.
Unos maltratan, otros sufren,
otros callan, otros otorgan y algunos...
sobreviven y algunos se quitan de en medio. El caso es que los agresores salen indemnes en muchas ocasiones y en sus casas siguen siendo unas perlitas maravillosas que parecen no haber roto un plato nunca.
sobreviven y algunos se quitan de en medio. El caso es que los agresores salen indemnes en muchas ocasiones y en sus casas siguen siendo unas perlitas maravillosas que parecen no haber roto un plato nunca.
Con este artículo no pretendo
personalizar. Sería improductivo. Las personas nos
ofendemos con gran facilidad. Buscar culpables no es la solución. La solución es buscar el diálogo, crear conciencia, de modo que los que abusan de otros se dén cuenta del sufrimiento que causan. A veces no hace falta pegar. Hay
maltrato mucho más sutil, como dice un personaje del libro. El hecho de excluir
a alguien del grupo, de ignorarle, es mucho más doloroso.
Algo en lo que sí quiero hacer
incapié es que gran parte de responsabilidad la tenemos los padres. Los niños y
niñas maltratadores actúan por rabia, miedo, querer demostrar que son, cuando
en realidad de forma inconsciente no saben muy bien quiénes son ni si valen de
verdad. A veces cuando se maltrata es que uno necesita sentirse algo y sólo lo
consigue denigrando a otro. A veces el que maltrata necesita excluir a otro para
poder sentirse parte del grupo, de su grupo. A veces no saben ni porqué lo
hacen , pero lo hacen y no pueden frenar. A veces, sólo a veces, ellos son o
han sido maltratados, o han presenciado maltrato en sus mayores o en la televisión…
Y de este tema hay que hablar en
casa.Y si no se sabe cómo, se lee y se informa uno.
El libro “Sense retorn” habla de
este tema y nos deja sin aliento. El silencio de padres, profesores y alumnos
es cómplice de esta lacra que aún es el pan nuestro de cada día.
Algunos niños no se recuperan
nunca, algunos se suicidan , algunos tienen la suerte de tener unos padres que
se enteran y les ayudan, a través de la escucha activa y amorosa, y en ocasiones además cambiando de
escuela. Cambiar las dinámicas de grupo en un aula es tarea casi imposible. Se
requeriría diálogo entre adultos sin recriminaciones y ganas de solucionar.
Ello requeriría preparación, tiempo y mucho amor por los propios hijos y por
los de los otros. Y tiempo, diálogo y amor por el prójimo es algo que escasea
en nuestra sociedad de las prisas, de la chulería, de la incomprensión, y del
miedo.
A los padres y madres decirles
que eso que parece “cosa de niños” muchas veces es algo más y crea mucho
dolor. Es necesario coger el toro por
los cuernos. Los niños y niñas que maltratan, muchas veces parecen angelitos y
angelitas, y necesitan que alguien les ayude a su vez, para que entiendan que
su conducta debe cambiar radicalmente y que entiendan el concepto de empatía, de ponerse en la piel del otro; de pararse con ellos a pensar cuál es la causa para que actúen así.
¿Conocéis esa frase que dice “entre todos la mataron y ella sola se murió”?
Pues eso. Todos somos responsables.
Y quisiera poner un punto
optimista a estas últimas líneas. Si alguien está padeciendo “bullying” en este
momento y lee estas letras, que tome aire, y cuente lo que le pasa a los
mayores de confianza , mayores que tengan valor
y coherencia, que puedan garantizarle protección y soluciones. Hay más mundo
fuera de ese entorno que te es hostil. Pide ayuda. Sal de ahí. Tú vales mucho
porque todos tenemos valor aunque ahora no lo creas. No estás sólo. Respira y
toma fuerza. Esos que te maltratan, aunque se crean mejores, no lo son , y aunque no lo parezca están muy necesitados también, de amor, de saber, de empatía...Y tú, ahora, lo que necesitas es salir de ahí. ¡Pide ayuda ya!.
Clicka en el siguiente enlace. Tal vez te sea de ayuda.
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Este documental japonés me parece excelente para padres y educadores:
Educar desde el amor y la empatía, creando vínculos y enseñando valores humanos.
Educar desde el amor y la empatía, creando vínculos y enseñando valores humanos.
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