Tras las elecciones del 25 de mayo sobre Europa

Tengo sentimientos encontrados sobre lo que ha ocurrido en el panorama político. Preocupada y esperanzada, triste y contenta....

Triste por el posicionamiento de la ultraderecha en Europa. Francia y Dinamarca. ¡Uf! Miedo me da presagiar tiempos de retroceso ideológico hacía esquemas mentales que encorsetan la diversidad de las maneras de vivir. 

Suele ocurrir esto y es predecible cuando el reparto de la riqueza es tan desequilibrado que grandes porcentajes de población ven cómo su pobre mundo aún se hace más dificultoso. No es la primera vez que ocurre. Y crece la xenofobia, el miedo al "invasor extranjero", sobretodo si es más pobre que tu. Y se da la incapacidad de identificar al auténtico enemigo de una vida digna para todos , que no deja de ser el que evade impuestos en grandes cantidades, o quien incurre en corrupción o pésima gestión de los recursos públicos, etc.

Contenta porque algo se mueve, porque a pesar de la fragmentación de la izquierda, una mínima lucidez  ha conseguido castigar al bipartidismo , a los "gatos" que dice Pablo Iglesias, a los mayores gatos que son PP y PSOE, y porque aquí en Cataluña ha habido mayoría de población que quiere poder decidir qué hace con su país, y parece que está hasta las trancas de tener que obedecer a un centro caudillista , que pide a gritos el deseo de desvinculación .

En fin, que no sé cómo estoy, y sí quiero mantener una luz de esperanza porque veo que la población quiere cambios y que hay una parte que ya despega el culo del sofá y hace cosas. Y me doy cuenta que la fuerza de muchas personas haciendo un trabajo de transformación es mucho más grande que la suma de sus fuerzas por separado, se crea eso que llamamos sinergias y la cosa parece expandirse y...espero que esto vaya a más.

Necesito creer que hago algo para que mi hija pueda amar en libertad, pueda ser independiente energéticamente, tenga agua de calidad en la cantidad suficiente, pueda decidir qué hace con su cuerpo, y un montón de cosas más....para que mi hija sea más libre que yo, en lugar de más prisionera. 

Me queda cultivar la esperanza que la lucidez se aliará con el amor por el resto de humanos y de vida que hay en el planeta, más allá de intereses de clase, país u otras categorías y el sentido común se imponga en este maremagnum.