Querido papá estas últimas
semanas han sido duras y también significativas. La vida empieza en nuestro
nacimiento y termina, ¡vaya si termina!. Parece que estas cosas de la muerte
sólo afectan a los otros y no, y es duro este proceso que llamamos duelo cuando
quienes se van son tan cercanos y tan queridos como lo eres tu para nosotras.
Estas últimas semanas has tenido
la mejor de las enfermeras en casa, pendiente en todo momento de que estuvieras
el máximo de confortable a pesar del proceso que has soportado con valor y sin
una queja. Ahora vamos a cuidar de ella para que entre todas podamos salir
adelante y quedarnos con todo lo bueno que hemos compartido. Estas semanas has
mostrado una entereza y una dignidad que no puedo dejar de mencionar aquí.
Gracias por habernos dado la vida y mostrarnos también que la muerte es parte
de ella, aunque nos duela tanto.
Me apetece decirte aquí y ahora,
gracias papá, por todo lo que nos has dado a las mujeres de tu vida y también
por lo que no supiste darnos. Agradecerte los momentos buenos y los menos buenos,
porque de todos y cada uno de ellos hemos aprendido cosas y que por eso tanto
Sara como yo somos lo que somos y pensamos como pensamos.
Decirte que aunque ahora nos
dejas, seguirás estando aquí en cada una de nosotras y de las personas que
estamos aquí, con nuestros recuerdos y nuestros aprendizajes contigo; con los
poemas que has ido escribiendo a lo largo de la vida. Cada poema es un reflejo
de tus sentires frente a las cosas hermosas de la vida y frente a tantas cosas
que te hacían revolverte en el asiento. En catalán sería : les coses que et
feien bullir la sang, de ràbia davant les injustícies que dia a dia van
succeïnt arreu del món. I vull fer aquest trosset en la llengua d’aquesta terra
que és Catalunya, per recordar les vegades que jo et parlava en català quan
m’acompanyaves a l’Acadèmia Vallès, de molt petita. Tot i que a casa èrem
castellanoparlants –tu aragonés de
Huesca i la mare andalusa d’Almeria-, aquells petits passejos a l’escola eren
divertits, perquè l’estava aprenent el català i m’encantava jugar a canviar de
llengua. I gràcies a aquella escola jo sóc bilingüe des dels budells i
m’encanta. És un privilegi que no voldria perdre, encara que alguns s’hi
entesten.
Y vuelvo al precioso castellano
para volver a tus poemas, que cantan a la primavera, a la madre, a la esposa, a
nosotras tus hijas, al justiciero Kungfú, a Gratal, pico de tu pueblo, a la montaña de Montserrat, al Pino
de Can Boada, a la Senda del Gaià, a la playa de Altafulla, y a los amigos con
los que has compartido tan buenos momentos, durante todos estos preciosos años.
Años que habéis disfrutado paseando frente al castillo majestuoso de Tamarit,
junto a mamá y a todos esos amigos. Y estoy contenta porque has sido capaz de
disfrutar de tanta belleza, del mar, del sol, de la amistad y estoy convencida
de que has exprimido la vida tanto como has sabido y eso me consuela.
Quiero agradecerte todos aquellos
discursos que nos dabas en casa sobre política y sobre tu visión de cómo debía
ser el mundo. No has soportado las injusticias y no entendías porqué tanto
sufrimiento gratuito y tanta miseria provocada por la avaricia de las élites
que aún siguen dominando el mundo. Con tus aciertos y tus errores, esos
discursos han servido para que Sara y yo tengamos unos valores de justicia y
solidaridad, de empatía con los que sufren, de los que nos sentimos muy
orgullosas. ¡Qué curioso que desde tu ateísmo radical nos hayas transmitido
estos valores tan profundamente cristianos!
Hoy aquí no hay símbolos
religiosos ni coronas, porque así lo pediste en su momento y en coherencia con
lo que eres, con lo que somos, así lo hemos respetado. Sí tenemos hermosas y
coloridas flores, porque dan color a estos momentos de tristeza y vacío.
La espiritualidad se puede vivir
de muchas maneras y yo creo que tu la has vivido a través de tus poemas, a
través de tus acciones, compartiendo con mamá las tareas de la casa, siendo un
hombre consciente de la belleza y de la necesidad de los seres humanos de
sentirnos libres para ir por la vida.
Quiero agradecerte también por
algunas frases memorables que soltaste en alguna de aquellas entrañables
sobremesas de Año Nuevo, en casa de tia Fina, las mejores de mi vida y que tan
felices nos hicieron (gracias tieta).
¡Cuán importante es la visión del
mundo de los padres para los hijos! En una sociedad mojigata era extraordinario
que un hombre, y más de tu generación, soltase algo así como “vosotras estudiad
mucho y sed libres, tened amigos…”. Esa frase,
y alguna otra, que me reservo, marcó mi forma de estar y estoy muy
orgullosa de haberte tenido como padre, porque gracias a ti me siento una mujer
libre, me siento una persona de pleno derecho, con conciencia también de mis
deberes con el resto de personas. Plantaste en nosotras la semilla feminista.
Gracias por los cientos de libros
que pusiste en nuestras manos, algunos tal vez demasiado prematuramente, como
las novelas las de Karl Von Vereiter, tan atroces y a la vez tan gráficas sobre
los horrores del nazismo, ufff…de ahí mi asombro y estupefacción frente a la
tortura a que unos hombres son capaces de someter a otros. ¡Qué terrible y qué
verdadero!
Gracias Por algunos libros de
sexualidad que dejabas mezclados con los otros y que nos han permitido vivir
más allá de los tabúes sociales que tanto daño hacen y tantas culpas generan.
Gracias a ti nos libramos de ellos.
Gracias por todas las sesiones
musicales las mañanas de domingo, con Víctor Jara sonando a todo trapo, con sus
canciones reivindicativas y de denuncia de todo lo que ocurría en aquella
América del sur maltratada; mañanas con la recia voz de Nino Bravo, o Mercedes
Sosa y tantas otras voces o instrumentos, el violín de Pau Casals, las flautas
andinas de Quilapayún, la preciosa guitarra de Paco de Lucía…
He querido compartir aquí todos
estos detalles tan íntimos porque con ellos puedo mostrar como te veo, en tu
sencillez y también en tu grandeza de hombre avanzado a tu tiempo. Con estas
letras intento mostrarte tal cual eras, con tus errores y sobretodo con tus
aciertos, y tu gran sensibilidad.
Yo creo que cuando más vulnerable
estabas, más cascarrabias y Quijote te mostrabas, pero esta es una apreciación
que tal vez esté equivocada. Y esos momentos los compensaban tus hechos, siendo
el compañero de vida de mamá y compartiendo con ella los quehaceres y los
paseos.
Eras poco manitas con el
bricolaje y eso también me encanta. ¿Dónde está escrito que los hombres tengan
que ser manitas? Y sin embargo , hijo de agricultor, sabías de campo. Recuerdo
todos los años que lograbas unos frutos preciosos de la tierra, en Rives
Blaves, la finca de la familia de mamá.
Y no me alargo más. Simplemente
darte las gracias porque tal como eras ha sido perfecto y siempre seguirás
entre nosotras. Te queremos.
Preciosa despedida a un hombre libre, amante de la belleza, las cosas triviales no le interesaban, solo las que resonaban en su alma, aunque seria mejor decir en su sensibilidad poética, porque el alma para el era cosa de creyentes!!
ResponderEliminarMe duele su perdida pero me consuela pensar que sabia aprovechar cada momento enalteciendo la rutina diaria,como eran los paseos por la playa de Altafulla. La cantidad de poemas que brotaron de su interior ensalzando la majestuosa belleza del mar, de los pinos, del castillo.
Para mi, lo más admirable era la capacidad de emocionarse constantemente con la naturaleza.
Disfruta de tu descanso donde quiera que estés Adolfo, aquí nos has dejado tu recuerdo, tus emociones como un ejemplo a seguir de como ser feliz con nada!!
Gràcies Marc per les teves paraules precioses. A l'Adolfo li hagués agradat el que sents i el que li dius. Una forta abraçada!
EliminarPrecioso escrito Sonia, el siempre estara orgulloso de tener una mujer y unas hijas como vosotras.
ResponderEliminarGracias primo!! Se hace dura la ausencia y a la vez ayuda pensar que estuvimos ahí juntos hasta el final y que este trance forma parte del ciclo de la vida, aunque nos duela!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte para ti y tu preciosa familia! Carpe diem!!