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25 de septiembre de 2013

La "responsabilidad individual" y la colectiva.


Hace tiempo que le doy vueltas a una idea que cada vez oigo más en diferentes lugares, no sólo en ámbitos de índole empresarial, avezados en el emprendimiento y sus bondades, y en la necesidad de mostrar un "hágase a usted mismo", y lo imprescindible que es tener formación, etcétera.  En estos círculos sería normal.
Lo que me tiene con la mosca tras la oreja es que en ámbitos de terapias alternativas y crecimiento personal surge también de forma ineludible concepto de "responsabilidad individual". Y no sabía cómo ponerle palabras a la cosa. Me rondaba la idea de que muchas de estas nuevas tendencias que adaptan enseñanzas orientales a la mente occidental, tan utilitarista, provenían de EEUU, y ya se sabe que allí son muy liberales e individualistas. Y yo veía que sí, que la propia actitud es importante y que hay que escapar de la abulia y el dejarse llevar por la inercia. Hay una responsabilidad individual. Podemos aprender a cambiar la mirada. Todo esto es fenomenal,y aconsejable, y a la vez: ¡cuidado!. Ello no debe implicar desvincularse de los movimientos sociales y de la lucha por la mejora del contexto en que vivimos. A veces me da la impresión que es fácil olvidarse de que la lucha colectiva nos ha permitido ganar batallas y mejorar la vida de muchos. Recordemos el capitalismo incipiente y las duras e interminables jornadas de trabajo.
Lo que quiero resaltar es que, sí, tenemos una responsabilidad individual. Es verdad que tenemos la posibilidad de elegir en cada momento. Y también no es menos verdad que hay un entorno social que nos condiciona de forma incuestionable. Y que es necesario una forma de lucha colectiva. Las soluciones para un mundo más justo no vienen solas. Cambia tu y a la vez organízate. Es importante estar conectado con el resto que son como nosotros, porque la unión hace la fuerza. Y a la vez esa fuerza debe tener dos cosas: corazón y mente. Lo primero para pensar en la comunidad con amor y lo segundo para hacerlo con lucidez. Observo, aunque este es otro debate, como las izquierdas a veces son intransigentes entre sí, y esa ya fue causa de derrotas en el pasado.
Volviendo al tema, repito: es importante distinguir la propia responsabilidad frente a la vida y la responsabilidad que tiene la forma de organización social. El capitalismo no cuida de las personas, sólo entiende de beneficios: no le importan los inmensos “daños colaterales", que son tan abundantes que de colaterales tienen poco. Las diferencias entre ricos y pobres son tan grandes que me parece un sistema de lo más inmoral. Y tengo la sensación de que últimamente se apela a la "responsabilidad individual" más que como toma de conciencia de la propia capacidad individual, como acusación o culpabilización del individuo, en el sentido de que si está mal es porque no hace lo correcto, cuando esto no es exactamente así en un sistema económico tan injusto.
Y es este detalle el que me hace ver, a veces, a las corrientes de crecimiento personal como perpetuadoras del sistema económico en que estamos inmersos, porque se quedan en el "cambia tu" que lo demás ya cambiará. Y bueno, tengo mis humildes dudas.
Juntos hemos de construir un sistema más humano, tomando lo bueno que tiene la libertad individual, la iniciativa, sin perder como norte el Bien Común. Una sociedad donde haya sufrimiento de unos a costa del bienestar de otros debe ser superada. Y para ello es necesario la denuncia de leyes y acciones injustas. El budismo contempla esto: evita el conflicto y a un tiempo no cierres los ojos ante la injusticia (1).
Os pongo un enlace a una entrevista que ha sido el desencadenante de que escriba esta entrada. Comparto casi todo lo que se dice aquí. Resalto la necesidad imperiosa de permitirnos espacios de calma para poder pensar y tener perpectiva de todos estos fenómenos. Y a partir de ahí, vamos a dejar de calentar el sofá si realmente queremos un mundo mejor para todos, para nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos.


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