La risa combate el miedo y nos hace valientes.

Los mundos virtuales del twitter me ayudan a sobrevivir en estos días. Sigo a unas cuantas mentes que mí me parecen lúcidas, que me ayudan con sus letras y pensares, a aprender y a construir argumentos. Y agradezco a esta herramienta, porque aunque puede usarse para perder el tiempo, te pone en contacto con información que no suele encontrarse en los medios mayoritarios. Sigo el diario Público, sigo a Alberto Garzón, a Jordi Évole, y a otros cuantos entre ellos a Principia Marsupia del que copio este extracto que me parece increíblemente idóneo para eso a lo que empiezo a dedicar parte de mi tiempo y que me parece una cosa muy seria e imprescindible en este mundo loco que nos toca vivir, la Risa, con mayúscula. Y dice  Principia Marsupia:

"Y hablando de la risa, tengo que copiaros la “Advertencia al Lector” con la que comienza “Pantagruel y Gargantúa” de Francois Rabelais, una de las mejores obras satíricas jamás escritas:
 ADVERTENCIA AL LECTOR
Querido amigo, querido lector que abres este libro:
no te ofendas por lo que aquí encontrarás.
Pon tus prejuicios de un lado.
Esta obra no contiene enfermedad.
En mi libro todo lo que encontrarás es la risa.
Sabiendo que el dolor y la tristeza
consumen nuestras almas,
prefiero escribir sobre reír que llorar.
Porque la risa nos hace valientes y
porque reír es lo propio del ser humano."

Y pongo en negrita eso de que la risa nos hace valientes porque he experimentado en este campo que unas buenas carcajadas son el mejor
antídoto contra el miedo.

En general andamos "cagados" de miedo, y perdonarme la expresión. Miedo de
quedarnos sin trabajo, miedo de lo que parece venírsenos encima, miedo a no poder llegar a fin de mes, miedo a no ser suficiente joven, guapo, estupendo, o lo que sea... Y el miedo nos paraliza y nos merma la ilusión.

Y vivir sin ilusión es morir en vida. 

Hay muchas formas de torear al miedo. No se trata de no tener miedo, que es algo natural y beneficioso, en ciertas dosis y ciertos momentos. Se trata de saber reconocer el miedo paralizante o improductivo y aprender a gestionarlo y manejarnos con él. 

Y una de las diferentes formas es la risa, la carcajada. No hace falta reirse de algo en concreto.
 El simple hecho de carcajearse te lleva a un estado emocional en que pasa algo que te reconvierte y te empuja y te llena de fuerza . Y por eso empiezo a organizar talleres para la risa, sana, sin juicio , sin límites y con respeto por los otros y por uno mismo. Y por eso me estoy preparando para poder organizar talleres de TERP (Terapia Expresiva de la Risa Profunda) porque la risa es algo muy serio, que nuestra sociedad castiga en general,  a la vez que le es tan necesaria... ¿Quién no ha escuchado algún comentario o ha visto una mirada reprobaroria cuando alguien rie de forma estridente o cuando "no toca"? Se nos educa en que la risa no es importante, no es seria, y a que vigiles no vayas a ofender a alguien...en fin, sólo se la acepta cuando hay un objeto o motivo para reir, y en momentos muy determinados, cuando es una expresión típicamente humana y es hermosa, además de constituir un sanísimo desestresante, que nos puede ayudar a relativizar algunos de nuestros "grandes " problemas . Si además asistimos de forma regular a talleres de TERP, ahí se trabaja para conectar con una risa "no social", que puede conducirnos a lo que llamamos el "viaje de la risa profunda" y que es una via de autoconocimiento .

 Sobre ello puedes leer en el siguiente enlace:

La TERP: un nuevo instrumento para el autoconocimiento.