Con ánimo de aprender

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11 de diciembre de 2012

Hoy es un día de alegrías y tristezas.



Hoy hace once años estaba en el paritorio. Sí, sí , lo he dicho bien. Hoy mi preciosa hija Anna cumple once años, esta tarde, a las cinco. Como la hora tópica del té inglés. Ese día me lo perdí. Y estoy feliz por cómo crece y cómo evoluciona. Es inteligente y creativa . Y hoy es día de alegría porque lo vamos a celebrar.
Y también es tristeza, como el duro y hermoso poema de Lorca, A las cinco de la tarde, por la pérdida de una parte de mi que parece que me deja. Entre ayer y hoy dos personas que yo creía cercanas me han borrado de la red social que causa furor en la actualidad. Opinan  que soy “extrema” y sin querer escucharme y dialogar, me borran de su lista de amistades y me sueltan que vivimos en democracia. Eso me gustaría, vivir en una auténtica Democracia, pero este es otro tema.
Es cierto que pensamos diametralmente distinto. Y creo que en la diversidad de opiniones está la posibilidad de aprender y evolucionar. Si se castra el diálogo por el enfado y el desacuerdo se crea separación y perdemos todos. Estoy triste, estoy estupefacta.
Estoy convencida que el enfado de estas dos personas está justificado desde su entender e interpretar mis opiniones. Sin embargo nada ha estado más lejos de mi intención que ofenderles. He intentado el diálogo y encuentro una barrera recurrente. Ello me hace entender que se han sentido muy ofendidos, lo cual me entristece. He sido acusada de no entender nada, de no tener conocimientos, de extremista, de que no quiero que aquí se aprenda en español, y otras cosas, que no creo que se acerquen a la realidad.  Creo que se han mezclado conceptos, que no nos hemos entendido y no puedo explicarme ni llegar a entender cómo han interpretado mis ideas.
A pesar de todo puedo entender sus distintas posiciones y observo que en el fondo podríamos  encontrar puntos de encuentro. Para ello sería imprescindible hablar desde la comprensión y el amor. No entiendo la cerrazón y la negación del diálogo, si en teoría, cada uno puede opinar lo que quiera.
 Ello no quita que a pesar de la tristeza hoy para mí vaya a ser un día hermoso porque me quedan muchos amigos y familia que sí creen que en la capacidad de escucha y diálogo está la riqueza , la unión y la posibilidad de crecimiento. Y la gracia está en poner en duda nuestras propias convicciones y actuaciones. 

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