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10 de abril de 2015

"El Montaje" con Xavier Sardà y Juan Carlos Ortega

Esta semana tuve el privilegio de poder estar en la Sala Luz de Gas, un lugar que tenía muchas ganas de conocer desde hace años. Mira por donde Roser Amills me invitó a ver la actuación de Xavier Sardà y Juan Carlos Ortega. ¿Cómo negarse a semejante oferta?. A pesar de estar en la parte baja de mi ciclo me arreglé lo mejor que pude para la ocasión y para Barcelona que me fui. Un lujazo y una sorpresa semejante proposición de esta mujer a la que admiro.

Contenta de descubrir la Llibreria Calders en el Poble Sec, en el fondo de un pasaje de la calle Parlament, casi tocando al Paral.lel. Es un local precioso, donde puedes adquirir libros, " obviously", que diría mi hija, y además hacen charlas y puedes tomarte una copa de vino u otras cosas. Un lugar al que volveré. Compré la última novela de la Amills, El ecuador de Ulises, que por supuesto llevé al espectáculo para que me lo dedicase.

En cuanto al "Montaje", uf, qué decir cuándo un espectáculo no acaba de.., cuando no te ha cautivado, al menos tanto como para recomendarlo a tu mejor amiga. Es innegable que me reí mucho, sobretodo al principio y hacer reír tiene mérito, lo reconozco. Luego la cosa perdió tono, aunque la gente seguía riendo y es que tanto Xavier como Juan Carlos tienen tablas sobre un escenario y valoro su valentía, Tal vez era yo y mi ciclo. Aún  y que tengo sentido del humor a mi me molestó el chiste fácil sobre sexo y sobre gordas viejas y poco apetecibles. Mofarse de una señora lujuriosa de ciento veinte kilos con colgajos en los brazos y que se mete cafeteras por el "petit derrière", qué quieres que te diga. O fantasear con "señoras" en bolas, entre comillas lo de señora, porque a mi la "cospe", con perdón, no me parece que merezca tal tratamiento, a las que no quitas los sostenes por si tiene las tetas caídas, tampoco me parece un gag muy inteligente. Tal vez lo hubiese sido reírse de la potencial "pitopausia", propia, o de por ejemplo del "gallardón " de turno, no sé, por eso de los estragos que trae aparejados el paso del tiempo. Aunque incluso eso no sea demasiado sesudo, como mínimo sería autocrítica hecha por hombres sobre sí mismos y hacer el chiste con lo que tanto temen y que tampoco es para tanto, con lo cual reírse puede resultar terapéutico...y novedoso.

En fin, no es que yo no tenga sentido del humor. Me reí. Tal vez es que esperaba más nivel sostenido, porque varios de los gags sí fueron ocurrentes, como el de las gafas y el tema del aborto,  el del "No-do", aunque a mi ver la imagen del dictador siempre me revuelve las tripas, eso es cosa mia, y ,¿cómo no? el de Sardà como "Senyor Andreu". El juego y el tema de las voces de Juan Carlos Ortega también tuvo su gracia, y su trabajo.

En resumen una noche interesante, Luz de Gas, cervecita con mi querido primo, novela de la Amills y como guinda conocer a Víctor Amela, un lujazo, y repito el uso de esta palabra por segunda vez, porque yo lo viví así, teniendo en cuenta que soy una forofa de La Contra de la Vanguardia, lo mejor de ese diario con sede en Barcelona. 

Juan Carlos Ortega, virtuoso humorista de las mil voces, y Xavier Sardà estrenan obra en Barcelona.
Imagen tomada de www.elperiodico.com

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