Con ánimo de aprender

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16 de mayo de 2011

¡Indignáos!






Los seres humanos, tenemos tres dimensiones que nos conforman: un cuerpo físico, una mente pensante y un cuerpo emocional que están ligadas e inevitablemente se influyen entre sí. En Occidente parece que empezamos a darnos cuenta de que no sólo lo material importa. Si la esfera emocional anda coja y no tenemos ni idea de cómo gestionarla, nos encontramos con los desequilibrios personales y sociales que tantos dolores de cabeza nos aportan. Si nuestra mente anda por libre sin que sepamos dominarla, tampoco las cosas funcionarán bien.
Con esto quiero decir que las tres esferas deben ser atendidas, cuerpo, mente y emoción.
Y para que podamos atenderlas debemos aprender cómo funcionan y ser conscientes que nuestro equilibrio como individuos y como sociedades dependen directamente de que esos tres aspectos estén en equilibrio.
Si queremos sociedades menos injustas y equilibradas, se hace necesario e imprescindible una educación en cuestiones del SER.
Nuestros jóvenes deben aprender a atender ese SER, que básicamente necesita amor y libertad. Necesitan entender la esencia de lo humano.
El cuerpo físico necesita unos cuidados para estar sano, flexible, y con capacidad de dar soporte al SER.
A la vez hemos de aprender a dar sosiego a nuestra mente pensante. Seamos conscientes de cómo operan nuestros pensamientos que van a una velocidad de vértigo sin que seamos capaces de darnos un respiro, y de cómo las creencias que hemos ido incorporando a lo largo de la vida nos condicionan muchas veces limitando nuestras capacidades.
Y en tercer lugar necesitamos atender el nivel emocional, aprender a identificar emociones y a manejarnos con ellas.
Y ligando todo esto, se hace imprescindible enseñar a nuestros jóvenes la necesidad de tender como seres humanos a la integridad y honestidad,  lo cual quiere decir ser capaces de un comportamiento respetuoso con la vida, la nuestra y la del otro. Y se hace imprescindible también ver que si el mundo no es para todos, no será. ¿Quién quiere un mundo tan polarizado que el poderoso para vivir necesite estar en guetos con seguridad permanente y donde la mayoría se mate por un pedazo de pan, como ya pasa en gran parte de la Tierra? Hemos de mirar el largo plazo.
Y aquí enlazo con los argumentos de Hessel y Sampedro y tantas otras personas en su línea de pensamiento y me uno al grito de ¡Indignáos! ¡Indignémonos frente al abuso de poder, frente a tantas mentiras, frente al agravio que supone perder en menos de una década todos los avances conseguidos con la lucha de tantos de nuestros antepasados!
A la vez que buscamos nuestro equilibrio personal, nuestra solidez como seres, debemos dar de nosotros lo que sabemos para conseguir un equilibrio global. Si cada persona aprende qué es lo esencial podremos conseguir la armonía global. Tal vez el secreto está en cultivar el propio ser desde la calma, entrar en plenitud y en la esencia, para desde ahí estar dispuesto a dar a los otros porque empiezas a sentirlos como algo cercano, porque sientes que la vida. lo que está vivo tiene mucho en común. Es entrar a sentir la unidad con la vida.



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