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4 de abril de 2020

Sobre la Renda bàsica universal

Este confinamiento, entre forzoso y autoresponsable, está haciendo que surjan otros modos de trabajar-teletrabajo-, de participar de actos culturales, de hacer quedadas virtuales con las amistades...
He de reconocer que al principio agradecí poder parar. Mi cuerpo y mi mente necesitaban entrar en un tiempo en casa. No imaginaba cuántas personas iban a padecer por un virus esa sensación bestia que es no poder respirar, que te falte el aire, y que un porcentaje de ellas no supere semejante situación. No voy a entrar ahora en que los recortes llevados a cabo por políticas neoliberales han traído las dificultades añadidas de la falta de medios en la Sanidad porque es un tema que merece una entrada para ese tema exclusivamente. Tampoco imaginaba quán complejo puede ser tener la mente y el cuerpo en equilibrio, en pisos de ciudad, donde no todos tienen la suerte de disfrutar de un cálido rayo de sol. Ahora, en medio de esta experiencia me planteo muchas cosas en relación a los confinamientos...pero esta entrada va del tema de la Renta Básica , del cual he aprendido mucho gracias al visionado colectivo de "Estamos en el mismo barco" de Rudi Gnutti, a través de un streaming en facebook orgnanizado por Revo Prosperitat Sostenible. En el debate han participado el director , Yayo Herrero y Daniel Raventós. Más abajo está el link para que podáis verlo al completo. Vale la pena dedicarle un rato porque lo explican muy bien.

De forma muy resumida y simplificada la cosa va de tener en cuenta lo siguiente: Avance tecnológico-globalización-recursos limitados en un planeta finito-redistribución de la riqueza-redistribución de los tiempos necesarios para el cuidado de la vida.

El avance tecnológico ha supuesto un gran aumento de la productividad. Tenemos más con menos esfuerzo. Eso hace que haya exceso de mano de obra. 
El modelo productivo conlleva una acumulación de la riqueza cada vez en un menor número de manos, que acumulan cada vez más poder de decisión, agrandando las desigualdades y expulsando a los bordes del sistema a millones de personas que no tienen nada.
El modelo productivo está basado en el crecimiento y colapsa cuando no crece. En un mundo limitado es imposible crecer hasta el infinito.
Para sostener la vida necesitamos unos cuidados, sin los cuales la vida es imposible, y la economía ha de poner el sostén de la vida en el centro. 
La globalización nos ha conducido entre algunas cosas buenas, a un modelo en que el sur provee al norte de recursos y el norte ensucia el sur con sus deshechos. También conlleva que el capital se mueva libremente y las personas no puedan hacerlo con la misma libertad. Todo ello en base a unas relaciones de poder en que la vida buena es solo para unas pocas a costa del sufrimiento de muchas.

En este contexto es imperativo ponernos de acuerdo en un modelo mejorado, un modelo que tenga por objetivo una vida buena y digna para los seres humanos y otros seres vivos que comparten planeta con nosotras, las personas. Ese modelo pasa por poner conciencia y actuar en todos los aspectos de nuestra existencia con una ética del "no todo vale". Sabemos cuándo actuamos haciendo daño a otros, cuándo actuamos abusando de las relaciones de poder y sabemos las consecuencias que eso tiene. Podemos escudarnos en mil excusas. Podemos no mirar. Pero el sufrimiento está ahí y el límite del planeta está ahí.


Necesitamos un camino donde quepan las iniciativas propias y también trabajar de forma que las necesidades básicas-vivienda, suministros, sanidad, educación- estén cubiertas y a partir de ahí cada cual pueda crear a partir de sus dones para mejorar esto que tenemos.
Esto necesita de un Estado o Común que se nutra con políticas fiscales progresivas y que esté gestionado desde personas electas y el resto de personas que participen para un buen funcionamiento de lo que es común.
Se hace necesario un reparto de horas de trabajo mínimo -ya trabajan los robots por nosotras- y el resto del tiempo, se puede dedicar a las artes, la cultura, la participación para que las cosas comunes funcionen.
Se hace necesario bajar el ritmo y el consumo de cosas inútiles que no dan la felicidad, que está en otro lugar y en otros tempos.
Me parece una idea genial una renta básica, posible si sabemos redistribuir el fruto de los avances, que hemos conseguido entre todas. Esa renta básica ha de salir de una política fiscal capaz de redistribuir la riqueza de modo que todas podamos tener una vida digna. Para nada se trata de emitir moneda, ya que poner más billetes lo único que genera es inflación y enseguida se vuelve a la situación de desigualdad inicial.
Sabremos organizar mejor este CAOS en que nos movemos?







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