Con ánimo de aprender

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26 de enero de 2018

Elucubraciones de una maestra y la motivación como capacidad intrínseca.

Són vora les cinc del matí. Fa estona que m'he despertat amb alguna i algún de vosaltres al cap.
El darrer dimecres em vau demanar parlar a l'hora de tutoria sobre les vostres preocupacions. Em dèieu que estàveu desmotivats i que necessiteu que us tractin com adults i amb respecte. Us vaig escoltar . De fet sóu alumnes de Cicle Superior i, per edat sóu adults.

Me paso al castellano porque con muchas de vosotras hablamos en esta lengua, para que luego digan que aquí se obliga a hablar a todo el mundo en catalán y no sé cuántas chorradas más.

Decía que son casi las cinco de la madrugada. Tal vez aún estéis de marcha por esos "mojitos" de dios. Hace rato que me he despertado y he empezado a dar vueltas en la cama, sin poder recuperar mi tan necesario descanso. En mi cabeza repitiéndose escenas de algunas de las últimas clases.
El pasado miércoles me pedistéis hablar en tutoría sobre vuestras preocupaciones. Me decíais que estábais desmotivados, que necesitáis que se os trate como personas adultas y también con respeto. De hecho tenéis más de 20 años. Os escuché con interés y esperanzada. Me dije que lo mejor es mirar a las personas y ver que hay detrás de cada una de esas máscaras que todas y todos llevamos para ir por la vida. Sentí que debía escucharos y en cierto modo pensé que se iniciaba una fase algo más comunicativa y empática. También me ilusionó la clase-debate del jueves, con la mitad del grupo clase. Parecía que un poco de vida emergía de alguno de vosotros. El viernes, catacrac, con la otra mitad del grupo, todo mi gozo en un pozo. Viernes, casi última hora. Asistencia casi mínima y comportamiento...sin comentarios. Buaaaa!!!!!

Es cierto que el sistema educativo actual lo tiene complicado a la hora de motivar al alumnado. En la era de internet en que prácticamente hay tutoriales de casi todo y ya no se necesita memorizar nada porque todo está en la web, nosotros seguimos haciendo exámenes que nos demuestren que os habéis leído la lección. Y resulta que el alumnado anda loco porque se aburre mortalmente. Y yo lo entiendo. Lo que no puedo entender es la falta de respeto por vuestra parte, rayando la mala educación. De una clase de veinte alumnos, escuchan tres. El resto pasa. Si una profesora pregunta algo con la intención de haceros pensar, que no deja de ser un incentivo a las ganas de saber, ¿qué se encuentra? No sabe, no contesta o un "¡ no he oído la pregunta!" desde el fondo del aula. Si os decimos que busquéis información sobre un tema para evitar el "rollo magistral", la mitad se escaquean y se pierden por esos mundos cibernéticos , en todo menos en la pauta asignada...Díme que no es cierto. Díme cómo quieres que se te presente la motivación, o ¿en que envolotorio la necesitas?

¿Qué es eso de pensar? ¡Qué pereza! En esta época de mensajes cortos, rápidos, contínuos, de bombardeo masivo de imágenes, en el que leer un párrafo es demasiado esfuerzo...no seré yo quién busque culpables. "Entre todos la mataron, y ella sola se murió." El caso es que si te cuento un cuento, te aburres, y si te empujo a que investigues tu, para que puedas contarme el cuento a tu manera, ¡"uf...demasiado esfuerzo, profe..."!

Lo que sí te voy a decir es como me siento yo, tu "profe" querida del alma. Sí, yo. Yo me siento desmotivada, y también triste, eso si consigo traspasar el cabreo. Me ocurre, lo del cabreo, cuando llego a clase, después de haberme tirado todo mi día preparando unas clases, pensando en cómo hacerlas más interesantes, para que algo de lo que se supone que debo enseñarte llegue a interesarte una miajica y tu pasas un puñao y medio de lo que sale por mi linda boca.
Y tú dirás que a mí me pagan para eso. Y sí, me pagan para enseñarte y es lo que intento cada día. Pero no me pagan para verte con la bolsa y la chaqueta sobre la mesa, con cara de sueño, cuando no de asco, ni para que te diga que saques la libreta y el bolígrafo y me contestes que no te apetece. Ya no vas a la ESO y estás en edad adulta...y la educación y el respeto es algo que ya deberías traer incorporado. Pides respeto, con todo el derecho del mundo. Y a cambio, ¿qué das tú?

Esta semana empezamos tema, nos toca hablar de tributos. Y sí, las leyes y la fiscalidad tal vez sean algo aburridas, pero da la puñetera casualidad que como ciudadana, persona ciudadana que eres, te va a tocar pagar impuestos y sería muy útil para tu vida que sepas para qué se pagan impuestos y cómo se organiza el sistema tributario en el territorio en que vives. Y si además te plantean el tema en forma de debate para que empieces a opinar y a entender y tu actitud delata que te importa una puñetera mierda, respóndeme: ¿a qué vienes al instituto? Y es que además tenemos la gran suerte de tener un número de personas por clase reducido, con lo que si hicieras un pequeño paso podrías aprender un montón.

En este loco mundo, en que tan libres creemos ser, estamos todo el día pendientes de miles de mensajes, de manera que se hace difícil la reflexión y sin esta estamos totalmente a merced de los vientos de los que sí piensan y actúan, y precisamente no lo hacen para mejorar nuestras vidas.
Tu vida y la mia sólo podremos mejorarla si nos organizamos. Lo primero, tener conocimiento. Para tenerlo , imprescindible pensar e hincar los codos. En internet hay de todo pero tú necesitas aprender a discernir y necesitas tener criterio propio y argumentos sólidos y estos sólo se consiguen estudiando. 

Pides que el profesorado te motive. Te aseguro que la inmensa mayoría lo intenta, y ¿sabes lo que pasa?, que se harta de verte con esa cara de poco interés y también necesita sentir que su trabajo sirve para algo y se valora.

La motivación, chata, búscatela en los bolsillos, porque sólo tú puedes sacar algo que tienes de forma innata, como capacidad. Yo te aseguro que intento ayudarte a sacarla, y me esfuerzo en sacar la mía, pero soy humana y mi motivación también se agota y a veces, como ahora, se vuelve cabreo. Se me pasará, lo sé, pero ahora estoy en esto.

Escribir me devuelve el sosiego y me lleva a recuperar la energía y la ilusión. Y me vienen a la mente algunos alumnos y alumnas que sí vienen a aprender al instituto y que ponen toda su voluntad para llevarse algo nuevo a sus casas. Y es por ese puñadito que aún no pierdo la esperanza. Si todo ese trabajo y esfuerzo que me supone organizar los temas para poder transmitir un poquito de lo que sé sirve para plantar una semilla chiquitita, pues eso...tal vez un día encuentre un frondoso árbol lleno de vida y frutos que a su vez planten nuevas semillas. Y me digo, "no perdamos la sonrisa,una vez vuelta la calma"

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